Tras el Brillo de Khloé Kardashian: La Estrategia de Marketing que Impulsa a Good American
A pesar de tener el respaldo del nombre de Khloé Kardashian, Good American ha logrado forjar una identidad única y consolidar una base de consumidores leales en el competitivo mundo de la moda.
Desde su impresionante debut, donde logró ventas que ascendieron a $1 millón el mismo día de su lanzamiento, Good American ha ido más allá de la simple promoción. Cada paso, cada publicación y cada campaña revelan una estrategia meticulosamente diseñada, orientada no solo a vender, sino a resonar y establecer conexiones genuinas con su público.
Hoy, analizamos la estrategia de marketing que se encuentra detrás de la marca.
¿Qué es Good American?
Good American, fundada por Khloé Kardashian y Emma Grede en 2016, surgió con la visión de revolucionar la industria de la moda mediante la promoción de la diversidad y la inclusión. La marca tiene la misión de garantizar que las mujeres de todas las formas y tamaños encuentren prendas que realcen y se adapten a sus cuerpos.
El lema principal de Good American es hacer la moda accesible para todas, independientemente de su talla, raza o etnia. Esta filosofía se manifiesta no solo en la variedad de tallas que ofrecen, sino también en los diseños creados específicamente para embellecer todas las siluetas. Además, la marca ha destacado por combinar calidad con precios asequibles, redefiniendo el panorama de la moda al demostrar que la inclusividad y el estilo pueden coexistir perfectamente.
Los Orígenes de Good American
En 2016, Khloé Kardashian y Emma Grede decidieron hacer una incursión en el mundo de la moda creando una marca innovadora: Good American. Esta propuesta marcó la diferencia desde su primer día al lograr un récord de ventas con $1 millón en su debut. Su enfoque inicial era sencillo pero revolucionario: una línea de vaqueros diseñados para adaptarse a todo tipo de cuerpos.
Sin embargo, la visión de Good American no se limitó al mundo del denim. Rápidamente expandieron su oferta, introduciendo indumentaria deportiva, vestidos y, posteriormente, una colección maternal. Cada nueva línea mantuvo la esencia de la marca: la inclusividad y la representación de todas las mujeres, independientemente de su talla.
Para Good American el reto no era solo producir y vender ropa, era cambiar una mentalidad arraigada en la industria de la moda. La inclusividad no debía verse como una tendencia pasajera, sino como el futuro sostenible del negocio.
Hoy, Good American sigue siendo un testimonio de lo que es posible cuando se combina visión con determinación. Más que una simple marca de moda, representa una declaración y un llamado a la acción para redefinir los estándares de belleza en la industria y garantizar que todas las mujeres, independientemente de su talla, sean vistas, representadas y celebradas.
La Estrategia de Marketing de Good American
Good American ha trazado un camino distintivo en su enfoque de marketing. Aunque se ha inclinado fuertemente hacia las redes sociales, particularmente Instagram, para promocionarse, la marca no ha dejado de lado las tácticas tradicionales. Mientras exploran la potencia de la publicidad digital, también han reconocido el valor de los medios convencionales, como las vallas publicitarias. Además, buscando crear una experiencia más tangible para sus clientes, han emprendido el viaje hacia el mundo físico, inaugurando tiendas en lugares estratégicos. Esta combinación de estrategias digitales y tradicionales muestra la versatilidad y adaptabilidad de Good American en un mercado en constante evolución. Vamos a verlas en detalle.
Foco en la Inclusión
Como ya hemos señalado, Good American, desde su fundación, ha hecho de la inclusión y representatividad en la moda su sello distintivo. Influenciada por la experiencia de Khloé Kardashian y su defensa por promover la confianza entre las mujeres, busca ir más allá del simple denim, ofreciendo una experiencia de compra que no discrimina por talla y elimina cualquier estigma asociado a ella. Esta visión rompe con la norma de la industria, que a menudo etiqueta la ropa con términos como "talla grande".
Sin embargo, esta postura inclusiva ha encontrado obstáculos en el mercado. A pesar del interés en Good American, muchos minoristas han optado por adquirir solo ciertas tallas, dejando de lado la propuesta de valor central de la marca que aboga por una representación completa de todas las mujeres. Emma Grede, co-fundadora de la marca, señala esta resistencia, subrayando la necesidad de que los minoristas comprendan que la verdadera inclusión requiere un compromiso integral, no una adopción parcial.
Comunicación Transparente
En la era digital actual, los consumidores exigen una transparencia sin precedentes en todas las facetas de su experiencia de compra. Esta claridad se espera no solo en la cadena de suministro, sino también en cómo las empresas comunican sus decisiones y políticas internas. Good American ha adoptado una filosofía de transparencia total. La marca comprende que la confianza del cliente se gana no solo mostrando los aspectos positivos, sino también siendo honestos en situaciones complejas o controvertidas.
Un ejemplo de este compromiso con la transparencia ha sido la decisión de producir algunos de sus productos en el extranjero. A pesar de la posible contradicción con el nombre "Good American", la empresa optó por ser abierta sobre esta decisión. No se limitaron a cambiar las etiquetas de sus productos, sino que utilizaron activamente sus plataformas de comunicación, como las redes sociales, para informar a sus clientes sobre el cambio. Gracias a esta estrategia, la marca evitó críticas mayores y reafirmó su compromiso con la honestidad y la integridad.
Más Allá de la Influencia
La colaboración con Kardashian ha aportado un valor inigualable a la marca. Su compromiso y perspicacia para identificar lo que el público desea ha sido crucial. Su activa participación y el deseo compartido de presentar productos que ambas, la celebridad y la marca, usarían, aseguran que el mensaje transmitido sea auténtico. Esta genuinidad es esencial para establecer a Good American no simplemente como una extensión de una figura famosa, sino como una marca de moda con una identidad y propósito propios.
Además, la marca ha implementado una estrategia en redes sociales que trasciende la mera publicidad, viendo estas plataformas no solo como vitrinas, sino como medios auténticos para conectar con sus seguidores. Aprovechando su presencia en plataformas como Instagram, se han asociado con influencers que reflejan los valores de Good American, buscando colaboraciones genuinas que desencadenan en iniciativas como el #GoodSquad.
Retroalimentación Constante
Good American utiliza las redes sociales no solo como un medio de promoción, sino también como una herramienta esencial para obtener feedback directo de sus clientes. La marca valora la inmediatez de los comentarios en las plataformas, los cuales influyen en sus decisiones de diseño y producto. La interacción constante con sus clientes es central para su modelo de negocio, enfocándose siempre en entender y atender las necesidades del cliente de manera genuina.
La clave está en el control: es esencial para la empresa identificar las brechas en el mercado a partir de lo que los clientes les comunican. Esta aproximación les permite aprender y adaptarse rápidamente a las respuestas de los clientes.
Presencia Directa
Mientras ha trabajado junto a destacados socios minoristas como Nordstrom, Bloomingdale’s y Harrods, la marca se ha mostrado selectiva al elegir sus alianzas, enfocándose en aquellos que alinean con su visión de inclusión y positividad corporal. A pesar de su presencia en estos renombrados establecimientos, la esencia de su negocio recae en su plataforma online, dirigida a ventas directas al consumidor.
¿Qué futuro le espera a Good American?
Fundada con una visión clara de inclusividad, Good American ha trascendido las expectativas iniciales al evolucionar en respuesta directa a las necesidades de sus clientes. A pesar de la decisión de externalizar la producción, la marca ha mantenido un compromiso firme con la calidad y mejora continua, lo que se evidencia en su involucramiento directo en cada paso del proceso productivo. Su expansión a mercados como Australia, Canadá y el Medio Oriente demuestra el alcance global y la resonancia de su mensaje inclusivo.
La adaptabilidad ha sido un pilar para Good American. Bajo el liderazgo de Emma Grede, la marca ha sabido escuchar y responder a las demandas del mercado, lo que ha llevado a una diversificación de productos que va más allá del denim. Esta evolución no solo ha satisfecho a los socios minoristas, sino que también ha retenido a los clientes, muchos de los cuales comienzan su viaje con un par de jeans y luego exploran otras líneas de productos.
Mirando hacia el futuro, Good American tiene planes de fortalecer su presencia en el ámbito minorista, con la apertura de tiendas propias y asociadas. Su filosofía centrada en el cliente, basada en la escucha activa y en la adaptación constante, augura un buen camino por delante.